Thursday, February 26, 2009

Slumdog Millionaire, Orfeo negro, y otras películas transnacionales

Leyendo el New York Times (20/2), descubro que en la India ha habido quejas y protestas sobre Slumdog Millionaire, ganadora del Oscar a la mejor película del año. Las quejas son varias: que presenta una imagen distorsionada y turística de Mumbai, que explota la pobreza de la India, que es demasiado violenta, o, tal vez la más sorprendente, que inventa un nombre para los pobladores de los barrios marginales—“slumdog”—literalmente perro de barriada. Simon Beaufoy, el guionista de la película, basada en la novela de Vikas Swarup titulada Q and A, habría creado el término que compara a los pobladores de zonas marginales con el perro, un animal mal visto en el mundo hindú y musulmán. Además, los críticos han señalado que los espacios marginales en la película han sido “construidos” utilizando escenas filmadas en lugares que en la realidad están a varios kilómetros de distancia.
Como mencioné anteriormente, ésta es una película que me gustó, aunque creo que las quejas de los espectadores de la India tienen justificación. Al fin y al cabo, todo cineasta realista tiene la obligación de ser certero en los detalles que sirven como base sobre la cual construye la película. Sin embargo, hay factores que hacen difícil saber cuan profundo y cuan real es este rechazo. Como también señalan los artículos publicados en el NY Times, resulta que los fundamentalistas hindúes han sido los más ruidosos opositores de Slumdog Millionaire. En parte, porque creen que pueden sacarle provecho político. Además la película muestra a los fundamentalistas atacando a los pobladores de los barrios marginales, en Mumbai, mayoritariamente musulmanes. Algo que en realidad sucedió en 1992 y 1993 y que, por supuesto, los primeros intentan mantener en el olvido.
Sea como fuere, este rechazo me recuerda al que generó Orfeo negro en muchos espectadores brasileños. Cuando fue estrenada en 1959, Antonio Carlos Jobim, uno de los creadores de la bossa nova, género que alcanzó fama internacional gracias a esta película, salió estrepitosamente de la sala de exhibición gritando a toda voz que lo que habían hecho era una vergüenza. (Jobim era además el compositor de la música tanto de la película, como de la obra teatral, Orfeu da Conçeição, escrita por Vinicius de Moraes, que el director francés Marcel Camus había adaptado al cine). Y, en general, la crítica brasileña hasta nuestros días ha continuado manifestando una profunda antipatía hacia esta película que, irónicamente, ha mantenido una continua popularidad internacional.
Las semejanzas entre Orfeo negro y Slumdog Millionaire son evidentes. Ambas presentan visiones sobre las vidas de los pobladores de las zonas marginales de países de lo que hasta poco llamábamos el tercer mundo. Y toman como punto de partida obras escritas por autores locales. De hecho, las obras originales en que se basaron estas películas, Orfeu y Q & A, ya contienen reflexiones sobre la relación de lo local con lo internacional. No sorprende que Vinicius en Orfeu continúe el proyecto moderno de poner en contacto lo popular con la alta cultura, en este caso representada por los mitos griegos. (Éste es un aspecto de la obra que Camus respeta en la adaptación cinematográfica). En Slumdog Millionaire, como uno esperaría, lo internacional está representado por Who Wants to Be a Millionaire?, un producto representativo de la cultura de masas audiovisual.
Pero la recepción de ambas obras en los países en los cuales las películas fueron filmadas también genera preguntas sobre los límites de la globalización cultural que, al mismo, tiempo éstas representan.

No comments:

Post a Comment